soñar hasta enloquecer

Si hay un misterio

por qué negarlo

en lugar de comprenderlo?

Deja que vean tus ojos

esas verdades que por

miedo niegan otros.

No hay explicaciones

para creer no necesitas

de razones...

Hacia casi 3 meses que las entradas reposaban en la biblioteca. Una vez más me iba a dejar poseer por la música. La sexta si mal no recuerdo. Pero el amor había nacido mucho antes y en forma de cassette. Se trataba de una original cinta magnética cubierta por una cajita blanca con papel naranja, y unas negrisimas letras negras que decían: Dracula, el musical. Allí escuche por primera vez la historia de ese Conde, que perdió en nombre del amor.

Muchos años después, se dio la posibilidad de verlo en vivo. No se porque pasó tanto tiempo, pero lo cierto es que en el 2003 pude ponerle rostro a la historia. Maravillada de ver como Mina (en ese momento la original Cecilia Milone) besaba apasionadamente al Conde (el único, Juan Rodo). Todo era como debería ser, todo era mágico.

De ese frío Mayo a este inestable Agosto, muchas experiencias pasaron, pasaron Draculas, Dorians, Jorobados, Fantasmas (ambos ja!), Bestias, Jacks, Otelos, Samsas, Mil y una noches de disfrutar el bello teatro musical. Los pongo en plural porque si bien los he ido a ver algunas cuantas veces en vivo, sus acordes reviven cada vez que le doy play a alguno de sus temas en la soledad de mis auriculares.

Anoche, nuevamente la misteriosa silueta se hizo presente en el teatro (esta vez sobre las tablas de El Circulo) y como encantados por la música, dejamos que nos poseyera.

Verlo a Angel Mahler sentado en el piano es una imagen inigualable, en mi cabeza rondaba la idea de que ya habíamos visto una presentación de alguna obra con los músicos en escena, pero cuando las primeras notas comenzaron a sonar, no encontré palabras para describir el momento.

No voy a entrar en detalle de cada tema, pero si resaltar la incorporación de tres si mal no recuerdo. Un solo del Dr VanHelsing relatando el porque de su lucha contra el no-muerto, descubriendo que había matado a su amor María; y un baile con los locos del manicomio (del Dr. Seward), un número que me hizo recordar mucho a algún tema de Calígula.

Pero esos no fueron los únicos cambios de la velada. A las emblemáticas escaleras móviles se le sumaron (por lo menos para estos pagos) candelabros y colosales espejos, que tal vez en las presentaciones anteriores fueron imposibles de traer por las características de la boca del escenario.

De una manera nunca antes visto, las luces contaron otra historia. Nuevamente los recuerdos de El Jorobado y Jack se hicieron presentes, el paso de los años nos enseña, y creo que a ellos también les ha dejado huellas. Todo el juego cambio, las sombras se hicieron mas presentes y la penumbra ganó el escenario. Una atmósfera única para contar una historia única.

Una renovación total que nos deslumbró fue la del vestuario. Gratamente a lo largo de la obra nuevos trajes y vestidos demostraron que a pesar del cambio de la moda se podía mantener la estética de los originales. Dos puntos a favor fue el cambio del ropaje de la Condesa y sus súbditos (un flash a Las mil y una noches) y los del Casamiento de Lucy y Sir Arthur. Increíble el despliegue de eso vestidos al son del emblemático vals, todos queremos bailar esos pasos junto al Conde. Pero aquí el punto en contra, con disculpas pero lo tengo que decir, dónde quedo el frac victoriano!?!?! El traje que se asemejaba más al de Javert en Les Miserables no me convenció para uno de los mejores momentos de la obra. De todas maneras el gran solo de Rodo y su clásico movimiento de capa (tic que mantuvo como Dorian, Frollo y hasta Jack) es difícil con palabras explicar...

(la calidad es paupérrima, lo se, me olvidé la cámara..

si vuelven, voy y lo vuelvo a grabar)

Rosario no aplaude, Rosario ovaciona. Y ellos lo tienen más que merecido. El público es agradecido cuando ve que le han ofrecido lo mejor de si. Dracula tiene un lugar especial en el corazón de todos los que anoche estaban en El Circulo. Si bien para algunos era la primera vez y otros habían perdido ya la cuenta, la noche de anoche será recordada para siempre como única e irrepetible.

Las palabras finales de Mahler se ganaron nuestro aplausos mas cerrado, recordando al gran Lino Patalano (pero olvidando a Cibrian?), y nos sentimos un tanto incómodos pero agradecidos, cuando ellos nos aplaudieron a nosotros (extraña sensación).

El telón bajó una vez más (luego de saludar varias veces), Dracula llegaba a su fin pero no por ello las ganas de seguir viviendo en cuentos, cuentos cantados. Le preguntaron más temprano a Mahler si habría un Dracula sin Rodo, no lo sabemos, no nos gustaría ya que lo compararían, porque Dracula es Rodo como Rodo es Dracula. Si bien pasaron muchos elencos (desde Milone a Candela -que nada tiene que envidiarle-, desde Krum a Luna) y si bien pasaron muchos años... seguimos aquí.

Seguimos y seguiremos por algo que va mas allá de todo: la magia del contar historias.

@vanemaz