un estreno de antología

Me gusta seguir pensando que hay situaciones en las que no hay palabras para explicarlas. Tal vez como le respondía a Sofía su pregunta de a dónde fui, fuimos a ver a 5 nenes que vestidos de pingüino hacen música y con la palabra te hacen reír. Muy alejado de la realidad no está. Les Luthiers son y serán siempre 5 hombres que vestidos de esmoquin hacen humor con la magia de la polisemia y bello arte de la música.

Llegó el día del estreno de “Chist!” su nueva antología, las entradas estaban esperando desde Marzo, y como los presidiarios contábamos los días que faltaban para ellos (esta semana más que nunca!). Viernes 13, algún supersticioso podría pensar que no era buen augurio, pero la lluvia pudo funcionar tal vez como una bendición natural para equilibrar ello. Las puertas se abrieron e ingresamos al Auditorio Fundación. Subimos las escaleras hasta tertulia alta, donde la fila 4 que figuraba en la entrada equivalía a la 1, ubicación perfecta, mas si lo empezamos a comparar con la muy mala experiencia de la sesión del año pasado.

Como siempre fuimos unas de las primeras en ingresar a la sala (¿ansiedad?, noooo!) lo cual nos permitió no solo chusmear a la gente, la variedad de generaciones que disfrutan de este humor es sorprendente, sino también a contemplar la sala del Fundación que no conocíamos. Nos aterró un poco, todavía se conserva el ornamento del viejo teatro/cine Odion (cine de intelectuales, donde se proyectaban películas europeas hace ya un tiempo), una calavera engalanaba la boca del escenario y caras muy terroríficas se encontraban en los palcos del primer piso, pensamos podían tratarse de las musas de las artes (imaginando que alguna de ellas podía ser Esther Piscore jajajajaja). La gente copó el teatro casi a horario, y tras el pedido de apagar los celulares y no sacar fotos con flash (cuac!), aparecieron en escena.

No me voy a detener a contar cada una de las obras que interpretaron, aunque quisiera ser escueta no podría, comenzaron con el homenaje a Manuel Dario, y asi siguió desde La Comisión hasta el Explicado, pasando por la Redención del vampiro a La hija de Escipión. Sin olvidar la educación sexual moderna ni al Rey Enamorado, En donde la Bella y graciosa moza marchase a lavar la ropa al momento en que solo necesitábamos un poco mas. Lo celos se hicieron presentes con el bolero y el encuentro en el restaurant podría haber sido un gran broche si fuera de programa no hubieran interpretado Rhapsody in Balls. Ups! creo que los nombré a todos, pero la memoria puede fallar ;)


Fueron dos horas de espectáculo sin intervalo, loable para este grupo que a pesar de no ser niños se mueven y disfrutan como tal. No solo por lo picaresco y hasta inocente de su humor, donde no existe la mala palabra solo la polisemia de la palabra, lo que tiene mucho mas efecto que lo desagradable, en donde lo obvio muchas veces saca la mejor carcajada. Ojo que no se malinterprete, que de tonto no tiene nada. Desde el doble sentido a la hipérbole, de retruécanos a acrósticos pasan por cuanto juego de palabra y figuras retoricas se imaginen (para ver mas, recomiendo el libro de Carlos Nuñez Cortés, “Los juegos de Mastropiero).

Anoche fuimos testigo de ello, porque a pesar de que se tratara de una antología era como si fuera la primera vez que escuchabas esas obras. De cierta manera era cierto, y otras vez Benjamin se viene a nuestra mente, su aquí y ahora, su aura…. Pero pequeños detalles y acotados bocadillos no sólo actualizaban las obras (creo que cada capítulo de La comisión para la actualización del himno, fue el que estuvo más poblado de ellos, actualizado, muchas veces más político que de costumbre, y por ello sacó grandes aplausos), sino que también te sacaban de lo conocido y hacían brotar la lágrima que acompaña la alegría.

Pareció corto pero no lo fue, cuando se disfruta el tiempo vuela, la tristeza se aleja y no te podes borrar la sonrisa de tu rostro. Puedo decir que SI disfrute de Les Luthiers a diferencia de la mala experiencia del año pasado. Anoche la situación fue muy diferente, esta vez no se les critico la organización, sino que volaban halagos en cuando silencio se efectuara, que fueron los menos, porque si de algo nos caracterizamos los rosarinos es de aplaudir y sobreaplaudir cuando lo que estamos viendo nos gusta. Por ejemplo cuando fue nombrado Johann Sebastian Mastropiero explotó la sala, a la segunda vez cual flashmob se incentivó a aplaudir nuevamente, a la tercera ya no tuvo el mismo efecto, pero la complicidad de Marcos Mundstock no se hizo esperar… porque eso también tiene de mágico el teatro, la intimidad de una sala donde la complicidad se exacerba y se potencia. Porque el teatro ES el teatro, el escenario UN escenario, la acústica ES la acústica. Y en un espectáculo como los de Les Luthiers todos estos condimentos son necesarios y es lo que los hace únicos e inimitables, por eso en este momento no puedo mas que ponerme metafóricamente de pie y ovacionar nuevamente a Carlos Lopez Puccio, Jorge Maronna, Marcos Mundstock, Carlos Nuñez Cortés y Daniel Rabinovich por la grata velada de anoche, chapó!


Fuera de programa: vean las fotos del estreno de la mano de Jorge Orellana aquí!


@vanemaz

Comentarios

Entradas populares