una sesión de buen humor…

“Ustedes son excelentes… pero la organización es un desastre” contundentes palabras que profesara un espectador de las primeras filas que se llevó la ovación de casi toda la platea. Esto tiene un porque, podemos decir y sin ánimos de ofender a ninguno, que se trata de una falta de respeto doble. Primero del espectáculo al espectador, si bien es cierto que uno conocía el lugar (aunque sea por referencia de terceros) sobre donde se iba a realizar el recital, el galpón/salón de eventos es paupérrimo! Las sillas enganchadas con precintos para que no se separen, si sillas!!! Y todas distribuidas sobre un mismo plano, por momentos nos convertimos todos en pescaditos buscando alimento por fuera de la pecera. Además hubo gente que tenía fila centro al final y terminó amontonada en un costado. Sin poder obviar que se escuchaba el recital/bingo que se estaba sucediendo en el salón contiguo…

Pero creo que la peor insolencia es del espectador hacia el espectáculo, ya que si la función está anunciada para las 21 hs no se puede llegar 20:55 para acomodarse. Por este motivo la obra no empezó sino hasta las 22, previo pedido de disculpas por parte de los organizadores y diciendo que Les Luthiers no tenía nada que ver con el asunto, que los horarios habían sido mal informados, pero discúlpame, si tenés tu entrada sabes a qué hora comienza, no hace falta que te notifiquen por los medios, la gente es irrespetuosa….

Bueno, cuando las luces se apagan uno intenta abstraerse de toda esa pálida (sumado que mi estado de salud no era el mejor, pero la ansiada noche desde hace varios meses con entrada en mano, y años de conocer a estos artistas no podía ser desperdiciada)… primero los cinco saludan a toda la platea, que artistas, que mas podes pedir arriba del escenario, cinco grandes, grandes del buen humor, grandes músicos, grandes artistas, grandes ellos… bueno… pero creo que eso también es lo que lo hace únicos, porque cómo preguntaba la notera de canal 3: que tiene el humor de LL? la respuesta de la mayoría fue: es inteligente, pero creo que va mas allá, un humor que se ha mantenido por más de 40 años no es solo inteligente, porque muchas veces en su repertorio nos reímos de las cosas más sencillas, zonzas si se quiere, es un humor de palabra, es la palabra la que causa la carcajada, el uso y el baile que hacen entre ellas y la música… bueno como siempre pierdo la línea de escritura, retomo con el espectáculo.

Mundstock y Rabinovich suben a escena, un paso de improvisación sobre lo tarde que estaban empezando es interrumpido por la frase que da comienzo a este relato. Aplausos y la sesión comienza, y para algunos el radioteatro. Una pena, LL no solo es escuchar sino también apreciar esos pequeños gestos, que por momentos (o por la permanente de la señora delante mío) eran imperceptibles, pero acabemos con las pálidas, el recital comenzó. Una opereta medieval para romper el hielo… solo me voy a detener en comentar dos o tres obras, ya que LL vale verlo en vivo, sea donde sea, menos en el metropolitano… hemos escuchado algún disco (si disco, LP, no compact), hemos visto sus obras en DVD y presentaciones en tele, pero el vivo es el vivo…

Rhapsody in Balls, un azulito que también tuvo una improvisación de Daniel mientras que estaba acostado en el diván, cambió el “escucho voces” del libro original por “escucho una música”, que todos estábamos escuchando, si mal no recuerdo se trataba de Just a Gigolo… pero después de eso, Maronna y Nuñez Cortés se encargaron de pasar un plumero de buena armonía. El Bolarmonio es uno de los nuevos instrumentos de la factoría LL, fue el primer puesto en la Expo de los 40 años y decidieron adoptarlo para este espectáculo. La habilidad de Nuñez Cortés en el piano es indescriptible, pero la velocidad y la precisión del contrapunto que Jorge le realiza con estas pelotas es perfecto. A veces es imposible describir en palabras algunas sensaciones, para eso las imágenes que en teoría no se pueden tomar pero se encuentran en Youtube nos pueden servir, he aquí un handball blues:

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Un momento mas y sabíamos lo que se venía, estábamos esperándolo, lo queríamos escuchar en vivo desde aquella primera vez, fue casi amor a primera vista, se trataba de El Dilema de Amor…. Esta cumbia epistemológica (de la cual nos sabemos la letra de memoria) se llevó los mejores aplausos de todo el espectáculo. Ver a esos 5 músicos de smoking cantando una cumbia es sublime. No sé si será porque a uno le resultan conocidos los nombres y la situación en la que son aplicados es lo que menos se espera para este tipo de obras, pero las lagrimas brotan entre las risas…


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Íbamos llegando al fin de esta sesión, al fin del recital y al fin de los tiempos, esta última y como siempre la más larga de las presentaciones, abro un paréntesis: la verdad que es asombroso el poder de memorización que tienen, está bien que se trata de un espectáculo que están presentado hace tres años pero recordar largos parlamentos, con rebuscadas terminologías y extraña cacofonía es chapó, chapó, chapó, chapó y chapó…cierro paréntesis. Llega a escena otro acostumbrado inusual instrumento, se trata de la exorcítara. Una luminosa arma con luces de neon turquesas y rojas que es manipulada a seis manos para tratar de que el demonio (y no porque se trate de un nuevo integrante del quinteto) llegue a La Tierra como anuncian las profecías.

La lutherapia llega a su fin, tras muchos diagnósticos se llega a la verdad y Daniel puede ponerse a escribir su tesis sobre la influencia semiótico-estructuralista en la música de Johan Sebastian Mastropiero… qué más pedir, cuando el titulo de su tesina es escuchado a penas comienza la obra uno ya sabe a lo que se va a atener, y a medida que pasan cada una de las sesiones nos damos cuenta de que este humor va a tener vigencia por muchos años mas… porque Les Luthiers han hecho un carrera donde la palabra es el vehículo para la risa…

Pero esperen y “fuera de programa” un clásico de clásicos el Explicado un gato con explicaciones, otro que conocemos de memoria, más allá de algún agregado con el recital que se está presentando, este clásico lutheriano no tiene desperdicio nunca volverlo a disfrutalo…


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Ahora si, las luces se encienden del todo, salen a saludar, reverencia va, reverencia viene, la platea aunque muy ofuscada por el lugar no puede dejar de aplaudir y ovacionar a estos cinco magníficos que no se bajan del escenario por casi dos horas, en donde el timeming es perfecto en todos los sentidos, y en donde se puede decir y aunque trillada la idea, que el humor es el mejor remedio para todos nuestros males...

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