se me destiñeron las zapatillitas de rubí


Del libro al cine, hay un gran trecho…


Fiel a la idea de que el libro siempre es mejor, leerlo luego de haber visto la película tantas veces hace que el veredicto no sea tan simple.
Es inevitable no imaginarse la cara de Judy Garland a la primera lectura del nombre Dorothy. Es inevitable no esperar que los hechos se sucedan como en la película. Es inevitable no poder despegarse de ello. Pero con la convicción de abstraerse y dejarse llevar por el maravilloso mundo de las palabras, todo es posible.

Si bien la vida en Kansas no se diferencia para ambas niñas, la de la gran pantalla conoce muchas más personas en su vida que la pobre protagonista del libro. No hay trabajadores en la granja de sus tíos, no hay vecinas malhumoradas que buscan castigar al perro ni mucho menos feriantes errantes al costado del camino.
Lo que si hay es un ciclón que lleva a Dorothy muy lejos de las pálidas y desaturadas llanuras de su entorno.

Ding dong the witch is dead”, efectivamente la casa le cae encima y la Bruja mala del Este muere. Glinda, la Bruja buena del Norte, le hace entrega a la niña el mágico par de zapatitos de plata que pertenecieran a la malvada hechicera. Si! Son de Plata!
No sabemos a cual de los guionistas o directores (Victor Fleming es el acreditado, pero pasaron por el proyecto otros 3 realizadores) se les ocurrió teñirlos, pero obviamente se trató de una cuestión de contraste. No es lo mismo andar sobre el camino de ladrillos amarillos con zapatos rojos que con plateados.
Así los zapatitos de rubí, esos que se han convertido en un icono del cine, son eso, simplemente un agregado del cine…

Follow the yellow brick road” es nuestra dirección... El único que puede ayudar a la niña a regresar es el gran y maravilloso Oz. Nos ayudará en la tarea de encontrar el camino (pero podríamos aprovechar y preguntarle lo de los zapatos ;) ) y de cumplir los deseos del grupo de singulares personajes con los cuales se irá encontrando en el trayecto.
Si bien la protagonista del libro esta interesada en comer y dormir, la del la gran pantalla parece atravesar todo el territorio de Oz en pocas horas.

El orden es el mismo, primero descuelga al Espantapájaros, luego aceita al Hombre de Hojalata, para terminar por chocarse con El León.
Los pedidos de cada uno siguen siendo un cerebro, un corazón y valor, pero en el libro conocemos un poco mas del por qué de cada uno de sus deseos. Tal vez la historia del Hombre de Hojalata sea la mas profunda y también la mas violenta para un niño (cercenamiento va, cercenamiento viene).

El árbol de manzanas no nos arrojará su fruto, ni la bruja nos echará un maleficio, pero si caeremos rendidos ante el jardín de Amapolas. Pero en el libro, Glida no vendrá al rescate de los desafortunados personajes de carne y hueso, será la genial Reina de los Ratones la que tomará el león por las astas (cauc!).

Llegamos a las puertas de Ciudad Esmeralda, el portero en las paginas del libro nos da unos adecuados lentes verdes para poder contemplar el poblado en todo su esplendor.
Pasando de a uno o todos juntos, la manifestación del temible Oz les da la difícil tarea de matar a la Bruja mala del Oeste y solo tras cumplir dicha misión, les otorgaría todo aquello que ellos quisieran.

El camino por las tierras de los winkies es desigual, pero el fin es el mismo. La bruja mala es derretida (¿M. Night Shyamalan lo homenajeó en Señales?), los amigos rescatados (otra serie de penumbras les suceden a los pobres acompañantes de Dorothy) y los monos voladores siguen haciendo de las suyas. Conocemos en el libro un poco de su pasado, pero no de su mutación... sería un buen spin-off, pero ese es costal de otro saco...

El hombre detrás de la cortina es descubierto, los “deseos” otorgados pero el globo de feria nos deja... Sólo Glinda podrá ayudarnos...
Puede elegir el camino corto y ver la resolución en la película, donde la Bruja buena del Norte viene a nuestro encuentro dentro de una burbuja gigante; o tomar el camino largo y recorrer las tierras de Gillikin con los peligros que ello conlleva y golpearle la puerta del Palacio de rubí (ah! ¿por eso serian los zapatitos rojos?)... bueno, depende del soporte en que estemos encarando la historia en este momento.

There is no place like home...”, ya sea golpeando o volando la respuesta siempre estuvo al alcance de la mano, o de los pies.
Los zapatos mágicos de los cuales Dorothy desconocía su poder son el vehículo para regresar junto a su fiel Toto (que no lo había nombrado nunca pero que esta siempre junto a la niña de la historia) a su añorada Kansas y al reencuentro con la Tia Em.


Resulta imposible y demasiado ambicioso, hacer un detalle de ambas obras.. Las adaptaciones siempre distan de ser fieles y exactas. Si bien la estética y la historia se encuentra reflejada en la adaptación que la MGM realizara como musical, leer el libro es siempre otra cosa.
Quedaron afuera muchos capítulos y con ello muchas situaciones dignas a ser vistas y leídas, por lo cual esto no es mas que una invitación a que vean la película con Judy Garland Y que lean la historia de Frank Baum (que cuesta, pero se consigue)... una invitación para caminar juntos por el camino de ladrillos amarillos...


@vanemaz
publicado originalmente en "El libro vs la Película"


aclaración: está nota formará parte un trabajo mucho mas interesante jajajaja... próximamente...

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