Shosanna & Nina… tal vez no, tal vez sí, pero una me hizo acordar a la otra.
El primero de los nombres puede resultar familiar. Le remite rápidamente al cine, a una película en particular, a una de las protagonistas de esa historia. Con el segundo, la asociación puede ser más libre.
Shoanna es una niña judía que se escapa del terrible destino que le tiene preparado el Coronel Hans Landa.
Nina es la hija de un médico de la guerra, quien debe ocultarse para no correr con la misma surte que su padre y hermano.
Shosanna se refugia en Francia y hereda un cine.
Nina es adoptada, se casa con un Conde y enviuda.
Shosanna planea reencontrarse con los hombres que la dejaron huérfana.
Nina planea reencontrarse con los hombres que la dejaron huérfana.
Shosanna es la protagonista de Inglourious Basterds de Quentin Tarantino.
Nina es la protagonista de Senza Sangue de Alessandro Baricco.
No vamos a hablar de inspiraciones ni mucho menos, si bien el texto del italiano se editó un par de años antes de que Quentin rodara la película (2002 y 2009 respectivamente), la trama de uno dista muchísimo de la otra. La novela apenas supera las 100 páginas (con un gran interlineado y apabullantes márgenes) con dos capítulos, mientras que Shosanna forma parte de una historia coral donde las vidas se entremezclan en más de dos horas.
Pero (si, un GRAN PERO) cuando uno abre el libro y comienza a leer la historia de Nina, no puede evitar que las palabras le traigan a la memoria las imágenes de la película.
Dice Baricco:
Dice Baricco:
Dice Baricco:
(Paréntesis) Poner juntas las palabras “inglorious bastards” + “senza sangue” en el buscador con sus combinación idiomáticas para obtener recursos, parecía un chiste. Cómo interpretará Google la idea de que “Bastardos sin Gloria” se una con “sin sangre”. Resultados, pocos. Sonrisas, varias. (Paréntesis)
En rasgos generales, y salvando las amplias distancias, la comparación que se me presentó, está planteada. Nobleza obliga decir que al terminar de leer una y ver la otra, podemos aclarar que los destinos de ambas jóvenes se encuentran en polos totalmente opuestos a pesar de enfrentarse cara a cara con sus fantasmas de las navidades pasadas.
Lo bello de leer una buena novela y de ver una magistral película, es que te trasladen, te lleven, te envuelvan en su/la historia. Cuando al pasar del tiempo, una te referencia a la otra, cuando te hace acordar, es que la historia se permeó en vos, dejó una marca.
La invitación es como siempre, que vean la película (de mas esta decir) y en este caso que lean el libro, que si bien es cortito, tiene un desenlace fuera de lo “común”, y deja una extraña moraleja de vida…
Shoanna es una niña judía que se escapa del terrible destino que le tiene preparado el Coronel Hans Landa.
Nina es la hija de un médico de la guerra, quien debe ocultarse para no correr con la misma surte que su padre y hermano.
Shosanna se refugia en Francia y hereda un cine.
Nina es adoptada, se casa con un Conde y enviuda.
Shosanna planea reencontrarse con los hombres que la dejaron huérfana.
Nina planea reencontrarse con los hombres que la dejaron huérfana.
Shosanna es la protagonista de Inglourious Basterds de Quentin Tarantino.
Nina es la protagonista de Senza Sangue de Alessandro Baricco.
No vamos a hablar de inspiraciones ni mucho menos, si bien el texto del italiano se editó un par de años antes de que Quentin rodara la película (2002 y 2009 respectivamente), la trama de uno dista muchísimo de la otra. La novela apenas supera las 100 páginas (con un gran interlineado y apabullantes márgenes) con dos capítulos, mientras que Shosanna forma parte de una historia coral donde las vidas se entremezclan en más de dos horas.
Pero (si, un GRAN PERO) cuando uno abre el libro y comienza a leer la historia de Nina, no puede evitar que las palabras le traigan a la memoria las imágenes de la película.
Dice Baricco:
“En el campo, la vieja granja de Mato Rujo permanecía a ciegas, esculpida en negro contra la luz de la tarde. La única mancha sobre el perfil desocupado de la llanura”Muestra Tarantino:
Dice Baricco:
“Nina oyó la ráfaga barriendo la casa, por encima de ella. Luego, el silencio. E inmediatamente después otra ráfaga, más larga. Tenía los ojos abiertos. Miraba las rendijas del suelo. Miraba la luz, y el polvo que venía desde allí. De vez en cuando veía una sombra pasar, y aquello era su padre”Muestra Tarantino:
(Solo los primero minutos del video)
Dice Baricco:
“Entraron en el local, encontraron una mesa, en una esquina, y se sentaron el uno frente a la otra. Pidieron dos vasos de vino. La mujer le preguntó al camarero si tenían cigarrillos. De manera que se pusieron a fumar. Luego hablaron sobre cualquier cosa, y sobre aquellos a los que les tocaba la lotería. El hombre dijo que, generalmente, no conseguían mantenerlo en secreto, y lo más divertido era que la primera persona a la que se lo decían era siempre un niño. Probablemente, había una moraleja en todo aquello, pero él no había conseguido nunca comprender cuál era. La mujer dijo algo sobre las historias que tienen una moraleja y las que no la tienen. Estuvieron un rato así, hablando. Luego, él dijo que sabía quién era ella, y a qué había venido”Muestra Tarantino:
(Paréntesis) Poner juntas las palabras “inglorious bastards” + “senza sangue” en el buscador con sus combinación idiomáticas para obtener recursos, parecía un chiste. Cómo interpretará Google la idea de que “Bastardos sin Gloria” se una con “sin sangre”. Resultados, pocos. Sonrisas, varias. (Paréntesis)
En rasgos generales, y salvando las amplias distancias, la comparación que se me presentó, está planteada. Nobleza obliga decir que al terminar de leer una y ver la otra, podemos aclarar que los destinos de ambas jóvenes se encuentran en polos totalmente opuestos a pesar de enfrentarse cara a cara con sus fantasmas de las navidades pasadas.
Lo bello de leer una buena novela y de ver una magistral película, es que te trasladen, te lleven, te envuelvan en su/la historia. Cuando al pasar del tiempo, una te referencia a la otra, cuando te hace acordar, es que la historia se permeó en vos, dejó una marca.
La invitación es como siempre, que vean la película (de mas esta decir) y en este caso que lean el libro, que si bien es cortito, tiene un desenlace fuera de lo “común”, y deja una extraña moraleja de vida…
@vanemaz
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